Desde 2011, el cardiólogo Felipe Díez del Hoyo ha
dedicado el tiempo equivalente a casi dos años en exclusiva a hacer guardias.
De la última salió este mismo viernes. “Hoy soy un trapo social, funcional
y familiar”, relata en redes sociales el facultativo que asegura que, desde que
comenzara a ejercer en su primer año de residencia no ha conocido ni una
guardia “buena”.
Díez del Hoyo hace análisis en X de las consecuencias de las
largas jornadas
de guardia en el hospital. Su jornada de 21.00 a 09.00 horas ha
incluido la asistencia cardíaca en insuficiencia pulmonar, un box vital, un
procedimiento de Código Infarto, un Edema Agudo de Pulmón (EAP)
y una rotura cardíaca, amén de la atención a camas de críticos. “He dormido 2,5
horas”, destaca el médico, quien detalla que por este turno percibirá 408 euros
brutos. “Aquí uno se baja del barco, penúltima guardia”, añade, aunque seguirá
haciendo localizadas de Hemodinámica.
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