Durante los peores momentos de la pandemia de Covid-19, los MIR se enfrentaron a desafíos extremos. Según informes del ISCIII, en mayo de 2020 más del 10 por ciento del personal sanitario en España fue hospitalizado, más del 75 por ciento tuvo acceso limitado o nulo a equipos de protección individual (EPI), y se suspendieron rotaciones clave, afectando su formación a largo plazo. En particular, el aislamiento laboral y emocional fue especialmente intenso para los facultativos rurales, que a menudo trabajaban en soledad y con pocos recursos.
En este contexto, la médica de familia María Escori compartió recientemente en la red social X, una impactante anécdota que vivió hace cinco años, cuando aún era residente. Según relata, fue "una guardia horrible" en un gran hospital, durante la que perdió a su paciente, no logró cenar y se encontró absolutamente sola:Una médica residente tuvo, hoy hace 5 años, una guardia horrible en un gran hospital. Ha muerto su paciente, no ha cenado, no dormirá.
Hoy, es la única médica en la noche de varios pueblos. La guarida es más tranquila pero más solitaria. Aquel día parece tan solo un mal sueño.
Sigue leyendo aquí

No hay comentarios:
Publicar un comentario