El 33 por ciento de los estudiantes de Medicina prefiere
no dedicarse a la práctica clínica al graduarse, y esto tiene un porqué. El
principal motivo de esta pérdida de vocación es la fatiga
por compasión, que se produce por el contacto estrecho y continuo con los
pacientes y la exposición que viven los profesionales sanitarios a situaciones
estresantes, lo que se acumula gradualmente y se desarrolla con lentitud. Así
lo ha confirmado un estudio realizado en varios hospitales del suroeste de
China.
Y es que la fatiga por compasión puede provocar diversos problemas de
salud física y mental, y reducir, así, la eficiencia laboral y la motivación
de los facultativos. Es por ello por lo que su abordaje es esencial, tanto por
parte de los docentes como de las instituciones públicas.
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