El sindicalismo europeo no cejará en su empeño de presionar a Bruselas para que diseñe un marco legal común frente a los riegos psicosociales y los trastornos musculoesqueléticos en el ámbito sanitario. El Comité Económico y Social Europeo acogió este miércoles el primer encuentro del grupo de expertos en seguridad en el trabajo de la Federación Europea de Sindicatos de Servicios Públicos (EPSU, por sus siglas en inglés), una cita de la que, entre otras cosas, salió el compromiso de seguir empujando para que la Comisión Europea, en primera instancia, y el Parlamento, en segunda, den luz verde a sendas directivas que permitan proteger la salud mental y física de los trabajadores de la sanidad pública.
“Los sistemas sanitarios europeos están funcionando bajo una presión
insostenible. La escasez crónica de personal, una población envejecida y la
falta de inversión prolongada han creado condiciones
laborales insostenibles. Los trabajadores están pagando el precio: a través
del agotamiento, el estrés y el tiempo perdido con la familia. Los pacientes
también sienten las consecuencias cuando el personal está al límite”, han
lamentado en los últimos tiempos desde la EPSU. La federación sindical tiene
claro cuáles son las consecuencias a largo plazo de esa problemática si no se
toman las medidas necesarias a nivel institucional: “agotamiento, absentismo,
alta rotación de personal y una creciente crisis de contratación y retención”.
Son “desafíos especialmente agudos” en un sector en el que el 78 por ciento del
personal son mujeres.
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